Una cena de 'hedge funds' para comerse al euro
'The Wall Street Journal' detalla la cita en la que varios fondos de riesgo, con Soros presente, pactaron debilitar al euro
Algunos de los mayores fondos de inversión de alto riesgo, los conocidos como hedge funds, han decidido apostar contra el euro mientras crecen las dudas sobre la solvencia de Grecia, ha informado el diario The Wall Street Journal. Los responsables de las principales entidades de ese tipo, como SAC Capital Advisors o Soros Fund Management, de George Soros, se reunieron, según ese periódico, a principios de febrero en Nueva York para abordar una postura común en contra del euro y se mostraron confiados en que la divisa europea podría caer hasta conseguir la paridad con el dólar.
El diario detalla que en la reunión, celebrada en forma de una cena privada, los titanes de los hedge funds debatieron sobre inversiones relacionadas con la actual crisis europea y subrayaron cómo el euro ha perdido el 10% desde noviembre por las preocupaciones surgidas ante la situación económica de Grecia. Algunos de los responsables de esos fondos, como el directivo de SAC Capital Aaron Cowen, aseguraron que, sea cual sea el desenlace de la crisis griega, ésta llevará con seguridad al euro a perder terreno ante el dólar, por lo que la tendencia a seguir sería una fuerte apuesta en contra de la moneda comunitaria.
"Esta es una oportunidad para ganar mucho dinero", ha asegurado a The Wall Street Journal Hans Hufschmid, un antiguo ejecutivo de Salomon Brothers y actual directivo del hedge fund GlobeOp Financial Services. El diario neoyorquino, que recuerda cómo el euro se cambiaba a 1,51 dólares en diciembre y ahora se encuentra alrededor de 1,35 dólares, explica así que la apuesta común a favor de la depreciación del euro llevaría a los fondos de inversión de alto riesgo a conseguir grandes ganancias.
The Wall Street Journal recuerda cómo George Soros llevó a cabo una operación similar en 1992 en contra de la libra esterlina que supuso un beneficio de mil millones de dólares para los inversores cuando se hundió la moneda británica. Los fondos de inversión de alto riesgo celebran reuniones similares con asiduidad para acordar posturas de las que se puedan beneficiar mutuamente y, según detalla el diario, en 2008 se llevó a cabo una en la que se apostó por ir en contra de los valores de Lehman Brothers, algo que aceleró su desplome poco después.
I a continuació també vull reproduir part d'una de les millors interpretacions que he llegit, per entendre allò que està passant a la Unió Europea, a la seva moneda i a les economies dels seus estats. Crecimiento o barbarie (Joaquín Eestefanía, EL PAÍS, 16 de maig de 2010)
"Se ha entrado en una nueva fase de la crisis económica: la de la deuda soberana. Tras el estallido de las hipotecas de alto riesgo, los aumentos de los precios de los alimentos y las materias primas, los riesgos por la falta de liquidez y de solvencia de las entidades financieras, y la recesión en la economía real, llegan ahora las dificultades de los Estados, que no dan más de sí. Lo que comporta una gran paradoja: tras haberse endeudado éstos para salvar a los grandes bancos de la quiebra (generando una liquidez masiva, comprando activos de mala calidad, garantizando las emisiones de la deuda privada y entrando en el capital de las entidades, nacionalizándolas durante un rato), y después de haber gastado masivamente en programas de estímulo para que no cayeran sectores productivos enteros en los concursos de acreedores y en las quiebras masivas y para que la Gran Recesión no se convirtiese en una Gran Depresión como la de los años treinta del siglo pasado, los Estados son acusados ahora -por los mismos que fueron auxiliados con el dinero de los contribuyentes- de derrochadores. Las agencias de calificación de riesgos, esas tres empresas privadas que actúan en régimen de oligopolio sin regulación alguna y que concedieron sus máximas calificaciones a empresas como Enron, a bancos como Lehman Brothers y a los productos derivados opacos y fuera del balance de las entidades, ahora se ponen estrechas y rebajan las posibilidades de países enteros, con lo que ello supone de sufrimiento para sus ciudadanos."
"
Desde el verano de 2007, los gobernantes de los países más importantes del mundo se pusieron aparentemente de acuerdo (en tres reuniones del G-20, en Washington, Londres y Pittsburg) en evitar los abusos que habían dado lugar a la crisis financiera más importante de los últimos 80 años. Hay algo muy profundo que ha cambiado con la crisis, dijo el presidente de la Comisión Europea, Durão Barroso: las autoridades no van a consentir que los financieros vuelvan a las andadas y nos lleven a la situación anterior. Ya estamos en la situación anterior. La regulación de los mercados financieros, la creación de un fondo con ingresos de la banca para que si se vuelve a producir la caída de uno de ellos se evite con el mismo y no con dinero de los presupuestos públicos, la creación de una tasa Tobin que contribuya a la lucha contra la pobreza y se evite en parte la volatilidad de los movimientos de capitales, los topes a los indecorosos bonus y a los paracaídas de oro de los ejecutivos, han quedado en nada, excepto en EE UU, donde Obama intenta aprobar una ley que impida los delirios del pasado. Zapatero, como presidente de turno de la UE, fue interpelado por el hasta ahora primer ministro británico Gordon Brown para que no introdujese una regulación de los fondos de alto riesgo (hedge funds) en medio de la campaña electoral del Reino Unido porque le venía mal. Zapatero aceptó el retraso. Pues bien, algunos de estos hedge funds son los que han protagonizado la campaña especulativa contra el Reino de España y contra el euro en estas últimas dos semanas.
Así pues, hasta ahora la batalla la han ganado los mercados descontrolados, de los cuales los especuladores son su esencia, no una rareza. La especulación es el corazón de la actividad financiera, cambiaria o bursátil, no una excrecencia del sistema. Son esos mercados los que han dicho: no hay alternativa; no hay opciones de política económica. Luchar contra el déficit a través de la reducción de la inversión y del gasto público es el mal menor. Si no se hace así, no entrará más dinero y no se podrán pagar ni las pensiones, ni el seguro de desempleo, ni la sanidad pública o la educación; ante tal vértigo, los Estados no han tenido más remedio que plegarse, y los Gobiernos de los mismos, olvidar los ritmos de cadencia de la política económica y sus prioridades. Además, a pesar de las profundas diferencias económicas entre los países atacados (hasta ahora, sobre todo, Grecia, Portugal, España, Irlanda e Italia), los mercados financieros internacionales han reaccionado con pocos matices al deterioro.
Continuarà....
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